viernes, 30 de marzo de 2012

En el parque

No tengo nada que hacer, me voy al parque a dar vueltas con la bici.


Más tarde...

¡Mmm, es guay!. Parece un circuito de pruebas: cuesta pa'rriba, cuesta pa'bajo, curvas locas, caminos de tierra, gravilla en otros...

Me lo he pasado como un crío pequeño.


martes, 27 de marzo de 2012

3ª prueba

Pruebo una tercera ruta. Doy bastante más vuelta, pero hago un buen trozo siguiendo el Canal, que es mucho más bonito de ver. También hay menos cruces y puede hacerse el camino casi de tirón.

La cosa es que de repente se acaba el paseo y me he encontrado en la calzada, así que he tenido que seguir pa'lante. Vamos, que tampoco pasaba nadie y tenía toda la calle para mí. Y ha sido un trozo muy pequeño.

Cuando llego me veo negra para atar la bici a una parrilla porque la horquilla no llega. Al final la dejo como puedo, hago un par de recados y me vuelvo por el carril-bici. Es la hora de salir del cole y hay más circulación, pero ya me da menos miedo.


lunes, 26 de marzo de 2012

Enredando con las marchas

Tras una búsqueda intensiva de información sobre cómo utilizar las marchas de la bicicleta, no me ha quedado más remedio que toquetearlas por mi cuenta y creo que he acabado destrozando el cambio, o el desviador, o todo, aún no lo sé.

Para empezar, la mayoría de foros y tutoriales van enfocados hacia el ciclismo de montaña o carretera, salidas salvajes de 50 kilómetros, Camino de Santiago, Ruta de la Seda, el viaje de Willie Fogg... como poco. Parece que circular por la ciudad no tiene ninguna dificultad técnica ni necesita preparación.

Sí que he encontrado algunos consejos de seguridad vial y un par de explicaciones de mecánica que tampoco me han servido de mucho, primero porque normalmente hablan de bicicletas de montaña, que llevan más cosas, y después porque no te dicen lo verdaderamente importante: cómo y cuándo usar cada velocidad.

Bueno, mi bicicleta es de las que llaman de paseo y sólo tiene un plato. Después lleva siete piñones. El cambio es de puño y se leen siete numericos, evidentemente del 1 al 7. Esto lo entendí a la primera: 1 plato x 7 piñones = 7 marchas. De sobra.

Lo siguiente también es fácil y se comprueba en seguida: con el piñón más grande se hace menos esfuerzo. Así que, como al principio me parecía que la bici se me iba sola, me pasé a las marchas más altas. Y sí, al pedalear se notaba más dura, y eso me daba la sensación de controlarla mejor.

Por cierto, el cambio de velocidad hay que hacerlo en marcha y pedaleando, si no se bloquea y no engrana bien la cadena. A mí me pasó el primer día, recién sacada de la caja, y después tuve que darle a los pedales a mano hasta que se desbloqueó. ¡Hala, por lista! Luego me ha pasado otras veces al cambiar muy deprisa, y el salto que da la cadena al pasar de piñón no es muy agradable que digamos. Pero no se sale, ni se rompe, ni nada.

Una vez que me tuve derecha sobre la bici y conseguí pedalear en línea recta, me lancé a bajar y subir cuestas. Ahí ya me volví loca con el puño y es cuando seguramente desajusté lo que fuera.

Al final, la lógica y la experiencia me dicen que para subir tendría que utilizar las marchas más bajas, y cuesta abajo sería al revés, aunque para bajar yo prefiero abusar de los frenos.

Pero vamos, que no sé si lo estoy haciendo bien o no. Y ahora la cadena no engrana en todos los piñones, y a veces parece que durante un momento se queda suelta, cosa que me da un poco de miedo.

En fin, gajes del oficio. En cuanto me dé el aprobado y me cuelgue la L, a ella le regalaré una puesta a punto y ya está.


domingo, 25 de marzo de 2012

2ª prueba

Domingo. Repito la excursión de la semana pasada, pero esta vez me cruzo el barrio para coger el carril-bici que sale por el otro lado. Tiene bastante pendiente, hace curva y va por la calzada. Me da un poco de respeto, la verdad. Me tiro y resulta que no es para tanto, en seguida estoy abajo.

Hoy voy a llegar hasta... la biblioteca municipal. Allí daré la vuelta y para casa.

¡Uf!, las aceras son demasiado estrechas y voy en dirección contraria, no puedo salirme a la calzada. Mejor me vuelvo ya.

Paro diez minutos en el parque y ¡hala! ahora cuesta arriba.

Al llegar al barrio y ver la subida que me espera me entra la pájara. Si empiezan a rebasarme coches o pasa el bus me pondré nerviosa y no sé si me quedaré a mitad de camino. Pero tengo que subirla, venga.

¡Arggg!, casi me muero, pero ya estoy arriba y ahora en llano me recupero un poco y consigo llegar a casa, molida pero feliz.


Más tarde...

Estaba yo pensando que no me hago dos kilómetros, porque voy y vuelvo. Son cuatro y pico. Casi nada...


viernes, 23 de marzo de 2012

Ligera de equipaje... o no

Entre una cosa y otra, he terminado llevando en la bici más cosas de las que quería. Supongo que es algo que le pasará a todo el mundo.

La luz trasera y el antirrobo eran algo inevitable. La horquilla va sujeta a la tija del sillín y no me estorba. El cable lo llevo en la cesta, con la botella de agua (no me gusta llevarla colgada en el cuadro) y el botiquín de emergencia que me he preparado con unas cuantas cosillas:

  • un paquete de pañuelos de papel + jabón sin agua (o unas toallitas húmedas)
  • media docena de tiritas
  • unas tijeras pequeñas y/o un cortaúñas
  • un puñado de bridas (por si se suelta algo)
  • un par de guantes de látex

Al echar el bolso también a la cesta ya no me cabe nada más. Si me quito la chaqueta la cojo al portabultos con la pinza. Pero, ¿qué hago con la compra?

Colgar las bolsas sin más en el manillar queda descartado. Me parece un peligro. Y detrás necesitaría por lo menos una red o unos pulpos y muuucha maña para amarrarlo todo bien.

He visto por ahí una alforjas para sujetar al portabultos. Hay infinidad de modelos y tamaños y parece la mejor opción: el peso va equilibrado y no molestan al pedalear. El problema es que cuando aparcas la bici te las tienes que llevar, claro. Igual es más práctico usar una mochila normal.

Pienso en la típica caja de fruta atada detrás y encuentro cajas y cestas para montar, pero de todos modos tienes que llevarte todo contigo si dejas la bici atada.

Si hubiera una caja con candado o llave... Pues sí que hay, aunque también parece que hay que cargar con ella.

Bueno, de momento miraré lo que tengo por casa e iré probando con los pulpos del coche, a ver qué tal.


jueves, 22 de marzo de 2012

Esta cadena...

Al coger hoy la bicicleta la cadena estaba tan floja que no engranaba en los piñones. Ya me iba a volver para llevarla al taller cuando parece que se ha arreglado sola. No sé yo...


miércoles, 21 de marzo de 2012

martes, 20 de marzo de 2012

Cuestas, cuestas...

Salgo a mediodía a comprar un par de cosillas. Hoy ya no me cuesta (casi) nada atarla y entrar al súper, ni me agobio por dejarla fuera, sola y abandonada contra una farola.

Como es tan pronto, me cruzo al buzón a echar una carta. ¡Hum!, primero tengo que subir... y subo, más mal que bien, pero subo. Después es todo bajada... y otra vez de subida para volver a casa, aunque ahora cojo el carril-bici, que parece más suave. Sólo lo parece, casi me quedo a mitad.

En cualquier caso, y aunque no lo parezca, voy mejorando. Si veo que pillo un bache, instintivamente despego el culo del sillín para amortiguar, y lo hago sin perder el equilibrio. Y al mirar hacia atrás en los cruces tampoco me desestabilizo tanto como antes.


domingo, 18 de marzo de 2012

En bici al trabajo: 1ª prueba

Es domingo, son las cuatro y hace sol. Creo que es un buen momento para salir en bicicleta de verdad. Así que voy a probar un trozo de la ruta que tendré que hacer cuando vaya a trabajar. ¡Hala, ánimo!

La primera parte está chupada. Ya la he hecho otros días y hoy sí que no pasa nadie ni por las aceras ni por el carril-bici. Pero cuando se acaba el carril ya no sé muy bien cómo seguir, porque además hay una pendiente importante. Me decido a seguir hasta que encuentro una junta de dilatación con un hueco de tres dedos de ancho. Hago cuentas: junta + cuesta abajo = peligro. Mejor desmonto y bajo andando, porque al final veo una parada de autobús que tampoco sé si podré esquivar con dignidad.

Salvo el cruce también a pie y me incorporo al carril-bici otra vez. Este tramo tendría que ser fácil, si no fuera porque:

  1. El carril es de un solo sentido, por lo que es muy estrecho.
  2. A la izquierda hay pancartas atadas a las farolas que se comen medio carril.
  3. A la derecha hay árboles con ramas bajas que se comen el otro medio.
  4. Hay trozos que discurren por la calzada por los que se circula muuuy pegado a los coches.
  5. No existe la línea recta. Para bordear árboles, paradas de bus y demás hay que hacer giros muy bruscos, y con peatones por en medio..., no sé.
  6. De frente me cruzo con hasta tres ciclistas que deberían ir por el otro lado.

La parte positiva es que voy cuesta abajo y no tengo que hacer el menor esfuerzo por pedalear, aunque entre los frenos y los nervios se me agarrotan los brazos.

Llego al Canal y me acerco a ver los patos. ¿Qué ha pasado con el carril-bici? ¡Ah! pasa por el otro lado.  Da igual, la acera es ancha y no hay casi nadie paseando. Doy la vuelta un poco más adelante y subo ya por donde debo. Por supuesto, no llego hasta arriba. Me faltan pulmones y piernas. Así que termino a pie, cruzo la avenida y me vuelvo para casa.

¡Ja! Ahora es todo subida, me va a costar un poco más, aunque el carril-bici en este lado parece más ancho y hay menos obstáculos.

Más arriba me vuelvo a quedar sin fuelle. Me bajo de la bici otra vez... y ya estoy en el barrio. Me duelen las piernas, y el culo, y todo. Pero he llegado, que es lo importante, ¿no?


viernes, 16 de marzo de 2012

¿Le pongo más cosas?

Me estoy pensando si le compro un cuentakilómetros a la bicicleta. No es que me haga falta, es más bien un antojo, pero a lo mejor me motiva para hacer un poco más que el día anterior, y así vería también los progresos en números.

Aunque es un trasto más, y otro cable colgando por ahí, porque uno inalámbrico no me termina de convencer.

Bueno, el caso es que hay una promoción de accesorios de ciclismo en Lidl y han traído un montón de cosas interesantes, entre otras precisamente un cuentakilómetros muy aparente.

Durante un momento me ha tentado el casco -por el precio, más que nada-, pero para ir por ciudad...

Y la bolsa de herramientas tiene muy buena pinta, creo. No he mirado en otros sitios ni sé muy bien qué es realmente necesario llevar, sobre todo teniendo en cuenta que ahora no sabría reparar nada. Eso me hace descartar también el kit de pinchazos, porque paso de cargar con el inflador, y no le veo mucho sentido a llevar una cosa sin la otra.

Más cosas... me parecía una tontada, pero ya voy con la botellica de agua en la cesta que, por cierto, se me queda pequeña para hacer la compra. Me voy a tener que echar una mochila... o ponerle algo al portabultos para poder usarlo.


Dolor

Cómo me canso y cuánto me duelen las piernas. Parece que ayer hice más esfuerzo del que pensaba, y como llevaba toda la semana sin salir...


jueves, 15 de marzo de 2012

Esta bici tiene vida propia

No sé qué le pasaba hoy, parecía que iba sola. Me daba una sensación de que no la controlaba que no me ha gustado nada. Aun con todo, me he dado mi paseíto de una hora casi sin enterarme. Y es que hacía una tarde tan buena...

Al volver he pasado por el banco a preguntar si el seguro de hogar me cubre la responsabilidad civil si me pasa algo con la bicicleta. Si no, igual tendría que contratar uno, por si acaso.


miércoles, 14 de marzo de 2012

Descanso

Tengo esto un poco abandonado porque se me han juntado varias cosas que hacer y no he salido a practicar, y aunque hoy podría aprovechar para bajar al centro con la bici, no sé si voy a atreverme.

Pero algún día tendrá que ser...


martes, 13 de marzo de 2012

Mecánica elemental (2ª parte)

Más dudas tontas que me van surgiendo:


  • Ruedas: Ahora que miro otras bicis, las mías me parecen muy finas, quizás porque son muy grandes. El nivel de aire no será problema, lo puedo revisar en cualquier gasolinera. Pero al salir a la calle y topar con bordillos y obstáculos empiezo a preocuparme por pinchar. Esas baldosas sueltas tan afiladas...

  • Sillín:  Sí, otra vez. ¿Se ha bajado? Es imposible, si no puedo abrir el cierre de la tija de duro que va.

  • Manillar: Parece que se puede ajustar la altura, la distancia, la orientación de las manijas de freno... ¡Buf!, demasiadas cosas, mejor no tocar nada.

  • Dirección: La noto un poco suelta, como si fuera sola, sobre todo si paso unos días sin cogerla.

  • Cambios y cadena: Siguen sin llevarse nada bien. Cualquier día me darán un disgusto, y seguro que  me pilla cuesta abajo y me la pego.


Sí, me doy perfecta cuenta de que me preocupo sin sentido y por casi todo. Cuando la lleve al taller y le den un repaso me quedaré más tranquila. Aun así, me voy a pensar otra vez lo de hacer el curso de mecánica, aunque sólo sea por toquetearlo todo un poco y perderle el respeto.


sábado, 10 de marzo de 2012

Aprobada

¡Pero qué tarde más buena hace! Me voy a dar una vuelta.

De paso miro el aire de las ruedas y entro un momento al súper.

¿Y dónde ato la bici? ¡Ah!, hay una parrilla -enana- en la que no pienso dejarla porque media bicicleta se come el carril de los coches. Mejor la apoyo en esa farola, aunque la horquilla no me dará.

¡Ay! Al suelo que ha ido. 

No pasa nada, tranquilidad... A ver al revés, con el candado en la rueda de delante y el cable detrás. Sí, así queda muy bien. Bueno, la dejo sola...


Después...

Sigue ahí.

Pero, ¿qué le ha pasado a la cesta? Se ha deformado al caerse, supongo.

En fin, me vuelvo para casa con esfuerzo, porque ahora es cuesta arriba, pero creo que he superado la prueba con nota.


viernes, 9 de marzo de 2012

Tengo mono de bici...

... así que me salgo un ratico, aunque sigue haciendo bastante aire.

A lo que ya no me atrevo es a bajar hasta la gasolinera a mirar el inflado de las ruedas, que parece que se han ablandado un pelín.

Después de dar un par de vueltas por ahí, enredo un poco con el candado y encuentro otra forma de coger la rueda trasera y el cuadro sin rozar el freno. Así me sobra más cable, aunque no me sirve de nada porque no puedo meterlo por el sillín, el extremo es demasiado gordo. A lo mejor si quito la funda...

Bueno, seguiré probando.


jueves, 8 de marzo de 2012

¡Pues vaya!

¡Brrr! El seguro antirrobo no es válido para España.

Pero me sigue pareciendo un pedazo de candado por ese precio. Y la atención al cliente, de primera. No han tardado ni un día en contestarme.


Información meteorológica

Alerta por fuertes rachas de viento.


Lo que significa que tampoco salgo, porque hoy sí que hace muuucho aire de verdad.


miércoles, 7 de marzo de 2012

Candada

Pues ya tengo mi horquilla con su cable de regalo, más un soporte para fijarla al cuadro. Me bajo ahora mismo a probarlo todo.


Más tarde...

¡Hum!, todavía no tengo muy claro cómo voy a atarla, porque la bici es enorme y parece que todo queda un poco justo al agarrarlo, pero me vuelvo a ver un par de vídeos y ya está.

Al leer bien las instrucciones me llevo una sorpresa: ¡tiene seguro antirrobo por un año! Hay que hacer papeleo, así que me pongo a ello.


martes, 6 de marzo de 2012

Un paseo cortico, cortico

Hace un cierzo terrible. Puedo controlar la bicicleta -cosa que antes no hubiera podido hacer-, pero no merece la pena, así que doy la vuelta al bloque y me vuelvo para casa.


Maldito sillín

Creía que me iban a matar las agujetas en las piernas, pero resulta que no. Hay cosas peores, y encima el dolor va cambiando de sitio, así que a saber cuándo me acostumbro al dichoso sillín.


1ª semana

Tengo un dolor indefinido en toda la zona, sobre todo en los huesos del pubis, aunque lo cierto es que una vez sobre la bici ya no me molesta.


2ª semana

Después de bajar el sillín y pasarme dos días colgada de él practicado el equilibrio, se me ha adormecido toda la zona genital, pero toda y todo el tiempo. Parece que es lo normal. Empiezo a mover el sillín a ver si es que está mal puesto.


3ª semana

He de aprender a sentarme bien y apoyar el culo con los huesos de más atrás, eso es lo que creo que pasa. Pero en cuanto empiezo a pedalear me voy hacia adelante y, si me recoloco, pierdo la estabilidad.


4ª semana

Con la funda la verdad es que se va mucho mejor. O igual ha sido al poner el sillín a la altura correcta, el caso es que ahora sí noto el peso del cuerpo más atrás.


5ª semana

Ya no me duelen los huesos, y el adormecimiento se me pasa en un rato, aunque sigue siendo una sensación rara.


6ª semana

A pesar de los botes que doy cada vez que pillo un bache o un bordillo asesino de ésos que hay por todas partes, todo me duele menos, así que algo debo estar haciendo bien... o se me está haciendo callo, que también puede ser.



domingo, 4 de marzo de 2012

Más cartas

Hoy me acerco al otro buzón, por cambiar de ruta.

Por aquí las aceras están bastante peor. Las raíces de los árboles han levantado las baldosas y no están sueltas, pero hay trozos de suelo muy abombados.

Ya estaba nublado cuando he salido, y a mitad de camino empiezan a caer gotas, así que llego al buzón, echo el sobre y me vuelvo, por si acaso me pilla un aguacero por ahí.

¡Hum!, pero me parece que el paseo me ha sabido a poco...


sábado, 3 de marzo de 2012

De noche

Tengo más cartas para echar, así que a la calle.

Salgo un poco tarde y está anocheciendo, así que estreno las luces y ¡venga! también el carril bici. Sólo es un trocito, y eso supone dar la vuelta a medio barrio, pero me evito cruces y semáforos.


Más tarde...

Pues sí que había que dar más vuelta, sí. Casi 40 minutos he tardado en ir y volver del buzón.

Y mañana tendré agujetas.


viernes, 2 de marzo de 2012

Incumpliendo las normas

Las bicicletas no pueden ir por la acera porque son un vehículo. Lo ha dicho un juez y estoy completamente de acuerdo, pero ¿qué hago yo ahora? Todavía no estoy preparada para lanzarme a la calzada.

Pues de momento me doy mi vueltecita como todos los días. Al fin y al cabo salgo a una hora en la que casi no hay gente y voy con cuidado. Y lo cierto es que, en general, los demás también, por más que algunos ciclistas se quejen de que no los respetan. Aunque supongo que si circulase por la calzada sería otra cosa. Ahora sólo cruzo cuatro pasos de cebra y un par de salidas de garaje, tampoco da como para que pase nada. Bueno, siempre aparece algún coche que no se fija -o le da igual, no sé-, pero eso también te lo encuentras cuando vas andando.


jueves, 1 de marzo de 2012

Cuestas

Amplío la zona de pruebas y me tiro por una calle con buena pendiente. Parece que voy controlando los frenos, pero después volver a subir se me hace muy cuesta arriba, je, je.